La aviación militar española concluye con “rotundo éxito” el despliegue mundial más importante de su historia
Base aérea de Morón de la Frontera (SEVILLA)
El Ejército del Aire y del Espacio ha dado a conocer los primeros resultados del que hasta ahora ha sido su mayor despliegue internacional. En una jornada especial para los medios de comunicación, el punto de partida fue la base aérea de Torrejón de Ardoz (LETO), con el embarque a primera hora de la mañana en uno de los Airbus A400M que ha participado en el Pacific Skies 2024.
¿El destino?: La base aérea de Morón de la Frontera (LEMO), donde el pasado 15 de agosto cuatro pilotos del Ala 11 culminaron la segunda fase del despliegue, tras el relevo dado a sus compañeros del Ala 14 en Australia. Durante un vuelo de 53 minutos de duración, se procedió a realizar un ejercicio de interceptación por parte de una pareja de cazabombarderos Eurofighter del Ala 11. Ambos aviones escoltaron al A400M hasta el aterrizaje en la pista 20 de la base sevillana, donde se organizó un acto formal para hacer balance de lo que ha supuesto Pacific Skies 2024 para el Ejército del Aire y del Espacio.
El general Francisco Braco Carbó, recientemente nombrado como nuevo Jefe del Estado Mayor del Aire (JEMA), destacó la labor de todo el personal desplegado. Oficialmente han sido 240 profesionales en dos turnos de 120 personas. “No nos quedemos en los superficial, que es la vuelta al mundo. Tampoco se debe olvidar que el protagonismo no es solo desde los pilotos sino de todo el personal de apoyo que ha participado”.
El JEMA ha recordado el poco tiempo del que se dispuso para preparar el despliegue, cuando en febrero pasado se aceptó la propuesta que hizo la Luftwaffe a su predecesor, el general Salto. Aunque ha sido un reto mayúsculo, “ha quedado demostrado de lo que somos capaces, jugamos en primera división y estamos al mismo nivel que las fuerzas aéreas europeas más punteras”. En abril se hizo el comunicado formal y dos meses después, el 13 de junio, se llevó a cabo en la base de Torrejón el pistoletazo de salida del ejercicio.
Despliegue de medios y principales cifras
Los medios involucrados son: cuatro C.16 (Eurofighter), dos del Ala 14 (base aérea de Albacete) y dos del Ala 11 (base aérea de Morón de la Frontera, Sevilla); dos T.23 (A400M) del Ala 31 (base Aérea de Zaragoza) y un T.24 (A330) del Grupo 45 (base aérea de Torrejón de Ardoz, Madrid). Además, ha sido clave la participación de personal del Escuadrón y del Segundo Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA y SEADA), UMAAD Madrid y Zaragoza, CLAEX y MAESAL.
Los medios aéreos desplegados por parte de las fuerzas alemanas y galas son: ocho Eurofighter, 12 Tornado, cuatro A400M y cuatro A330 MRTT por parte de la Luftwaffe. Con respecto a l’Armée de l’Air et de l’Espace, participaron cuatro Dassault Rafale, tres A400M y dos A330 MRTT. En total, los tres países han desplegado 28 aviones de combate; complementados por 16 aviones cisterna y de transporte. Como se ha remarcado desde el principio, el despliegue se ha realizado exclusivamente con medios desarrollados por la industria aeroespacial europea. Por ello no es casualidad que los tres países estén involucrados en la concepción y desarrollo del programa Future Combat Air System (FCAS), una de las principales razones del Pacific Skies 2024.
Durante el despliegue en la base aérea de Eielson, en Alaska, se desplazó un contenedor desplegable con el equipamiento necesario para la fabricación de componentes aeronáuticos. En inglés se denomina Forward Advanced Manuracturing Unit. Posibilita el escaneo de una pieza dañada, su impresión 3D y la aplicación de un tratamiento térmico y mecanizado. Las piezas fabricadas permiten disponer de un certificado de aeronavegabilidad, requisito imprescindible para posibilitar su instalación y puesta en servicio en una aeronave. Éste es un hito en el que el Ejército del Aire y del Espacio ha sido pionero.
El teniente general Francisco González-Espresati, jefe del Mando Aéreo de Combate (MACOM) se encargó de proporcionar las principales cifras y datos de interés de lo que ha supuesto Pacific Skies 2024. La duración total del despliegue ha sido de 56 jornadas, 43 han sido de ejercicios y 13 de traslados. Se han realizado un total de 667 horas de vuelo con una distancia recorrida de 406.000 kilómetros.
Los cuatro Eurofighter españoles han recibido un total de 33 reabastecimientos en vuelo por parte de los A400M españoles y aeronaves cisterna de otras fuerzas aéreas. Recorrieron un total de 150.000 kilómetros de distancia, sumando un total de 378 horas de vuelo realizadas. 223 fueron de navegación y 151 de ejercicios, durante los cuales se lanzaron de forma real 24 bombas GBU-16 (durante el ejercicio Arctic Defender). El Ala 14 desplegó a 12 pilotos para la primera fase del Pacific Skies (España hasta Australia) mientras que el Ala 11 movilizó a 13 aviadores para la segunda parte (Australia hasta España).
Con respecto a los transportes, dos A400M recorrieron 126.000 kilómetros de distancia en 192 horas de vuelo. Estos aviones han realizado vuelos de hasta 8 horas de duración. El Ala 31 programó a 12 de sus pilotos, repartidos en tres tandas de tripulaciones compuestas por cuatro pilotos cada una.
Como complemento a los anteriores, un Airbus A330 del Grupo 45 realizó labores de estafeta para traslado de material y personal, contabilizando 97 horas de vuelo y 130.000 kilómetros recorridos. Más allá de la cifra oficial de 240 personas participantes, se han realizado traslados de personal de apoyo, comunicación y diplomático, pues el ejercicio también ha servido para “reforzar las relaciones bilaterales con otros países”. En este sentido, en cada país visitado se contó con la recepción oficial por parte del embajador respectivo.
Es importante destacar que hace unos días se recibió el primer A330 ya configurado como MRTT (“Multi Role Tanker Transport”). Iniciará vuelos de prueba en breve y entrará en servicio dentro de unos meses. En palabras del jefe del MACOM “en el futuro estará disponible para sucesivos ejercicios como Pacific Skies u otros”.
Cómo ya recordó en otros encuentros con los medios, Espresati ha identificado como principal “el reto logístico y su propia coordinación a lo largo de todas las escalas”. “Hemos vuelto a conseguir una gesta, que es realizar numerosas tareas no solos, sino con otras fuerzas aéreas”. Ha sido una novedad realizar tres ejercicios distintos con numerosos países con los que no se había volado previamente. Otra tarea crucial ha sido la gestión de los sobrevuelos, donde el ministerio de asuntos exteriores ha tomado partido.
Vuelta al mundo de tres fuerzas aeroespaciales y tres ejercicios multinacionales
El despliegue comenzó el pasado 26 de junio en la base aérea de Los Llanos (Albacete). La primera etapa fue congregar a las fuerzas aéreas española y germana, en la base aérea de Nörvenich (Colonia). Posteriormente se voló rumbo a Alaska, para participar en el ejercicio Arctic Defender. Desde el Ala 31 reconocen que este primer tramo fue uno de los más complejos por no haber aeródromos alternativos a menos de dos horas y media de vuelo. A ello se sumó volar cerca del Polo Norte, primera vez por parte del Ejército del Aire y del Espacio. Requirió mucha planificación previa al vuelo. Uno de los pilotos reconoció que “lo más fácil de hacer era una vez habíamos despegado”.
El Arctic Defender es un ejercicio tipo Flag donde se simula un combate entre dos fuerzas aéreas con el mayor realismo posible, usando armamento real. En un contexto multinacional sin precedentes, el ejercicio se realizó desde el 9 hasta el 17 de julio. Aparte de la Luftwaffe alemana, y la francesa L’armée de l’Air et de l’Espace, participaron el Cuerpo de Marines de Estados Unidos y la United States Air Force (USAF). La base aérea de Eielson (Alaska) ha involucrado a los Eurofighter españoles en combates simulados con armamento real (bombas GBU-16), en un entorno de 300.000 kilómetros cuadrados. Se realizaron 40 salidas y 80 horas de vuelo.
El ejercicio ha permitido entrenar a los pilotos en situaciones de combate real, reforzando su capacidad para enfrentar cualquier amenaza potencial en los escenarios más desafiantes y remotos. Participaron más de 70 aeronaves al mismo tiempo. Las amenazas implicaban confrontar y cooperar con aviones de combate de quinta generación, como los F-35 y F-22 estadounidenses. Desde el Ala 14, destacan como principales retos la inmensidad del espacio aéreo empleado así como un terreno muy montañoso “al que no estamos acostumbrados”.
Interoperabilidad y mantenimiento compartido
Todo el ejercicio se ha gestionado en un contexto de interoperabilidad, destacando el mantenimiento compartido con la fuerza aérea alemana. Buena prueba de ello fue el único incidente a destacar en todo el despliegue: en la víspera del vuelo de traslado para la siguiente etapa en curso a Australia, uno de los Eurofighter españoles sufrió el impacto de un ave en uno de los motores, que debió ser reemplazado.
En este caso se aplicó la filosofía de mantenimiento compartido y se recurrió a un motor de reemplazo proporcionado por la Luftwaffe. “Fue un reto a nivel software, al no estar el motor alemán dado de alta en el sistema de mantenimiento del Ejército del Aire y del Espacio”. Además, también tuvo que fabricarse un componente metálico mediante impresión 3D para ser instalada en otro Eurofighter antes del traslado de Alaska hasta Australia.
En el tramo Alaska-Australia había un protocolo con la fuerza aérea alemana en caso de interceptación con aviones rusos pero no hubo ningún evento a destacar, más allá de la posibilidad de usar aeródromos alternativos de emergencia en territorio ruso. Además, durante esta fase del despliegue se aprovechó para, por primera vez en la historia, hacer un breve despliegue en Japón, realizando maniobras de interceptación conjuntas con Boeing F-15 de la fuerza aérea japonesa.
En las antípodas
Organizado por la fuerza aérea australiana, el ejercicio Pitch Black contó con la participación de más de 140 aeronaves aportadas por 15 países: Alemania, Australia, España, Filipinas, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, Malasia, Nueva Guinea, Reino Unido República de Corea, Singapur y Tailandia. Además, contó con observadores procedentes de 11 naciones. Arabia Saudí, Bangladesh, Camboya, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Jordania, Laos, Sri Lanka, Suecia, Turquía y Vietnam).
Los Eurofighter españoles se incorporaron en la segunda semana, tras su llegada desde Japón, el pasado 20 de julio. Pitch Black es el principal ejercicio táctico de la Real Fuerza Aérea Australiana. Se desarrolla cada dos años y destaca por su marcado carácter multinacional. Esta es la primera vez que España participa junto con las del resto de naciones participantes, en misiones de ataque aire-suelo, con uso simulado de armamento, además de misiones de superioridad aérea, empleando armamento simulado aire-aire. Desde el Ala 11 destacan como retos la “inmensidad del espacio aéreo australiano”, sin apenas contaminación lumínica, idóneo para realizar ejercicios militares. A nivel de ejercicio, el elevado número de aviones participantes “hacía muy compleja la gestión de los tránsitos en el espacio aéreo”.
Pitch Black no solo representa una oportunidad excepcional para el perfeccionamiento de las habilidades operativas y tácticas de las fuerzas aéreas de los 26 países participantes. Destaca también como un emblema de la colaboración multinacional y la cohesión internacional. En palabras de Espresati, “la fuerza aérea australiana quiere contar de nuevo con nosotros y pensamos volver a Australia en 2026, una vez estén ya operativos los dos A330 MRTT”.
Aprovechando el ejercicio, se realizó un conjunto de actividades en Nueva Zelanda que permitieron, además, posicionar un A400M del Ala 31 en dicho país, hito histórico de la aviación militar española. Junto a otros dos A400M francés y alemán, volaron junto a un Lockheed Martín C130 neocelandés.
Tras la experiencia pacífica, la agrupación aérea Plus Ultra hizo una breve parada en Kuala Lumpur (Malasia), donde se realizaron vuelos conjuntos con la fuerza aérea malaya. Posteriormente, aterrizó en Sulur (India), donde ha participado en el último de los ejercicios tácticos de la vuelta al mundo.
El Tarang Shakti es el ejercicio internacional aéreo organizado en India más relevante hasta la fecha. La primera fase se desarrolló del 6 al 12 de agosto, con el objetivo de impulsar la colaboración militar y aumentar la interoperabilidad con los países aliados. En esta caso, con Alemania, Francia, India y Reino Unido. Además, es la primera vez que el Ejército del Aire y del Espacio se despliega en aquel país.
Inspirado en un ejercicio tipo Red Flag, ha permitido a los pilotos españoles conocer tácticas y procedimientos de sistemas de armas diferentes. Además, se han entrenado misiones de ataque aéreo aire-suelo, de control del aire y de combate cercano con empleo simulado de armamento aire-aire. Los Eurofighter españoles se han enfrentado, entre otros, a los Sukhoi Su-30 indios de fabricación rusa, en combates uno contra uno y uno contra dos.
El Tarang Shakti ha demostrado el carácter expedicionario de la fuerza aérea española y ha posibilitado adiestrar a los pilotos en escenarios de gran complejidad, integrando capacidades tecnológicamente avanzadas e interoperables de varios países aliados. En palabras de los propios pilotos del Ala 11, destacan la gran experiencia en poder combatir contra el Su-30, el cual “fue derrotado en uno de los ejercicios” por parte de los Eurofighter españoles. En palabras de uno de sus pilotos, “en combate visual el Su-30 es un gran avión y su principal ventaja es la capacidad furtiva pero a nivel de plataforma el Eurofighter ha sido claramente superior si se sabe aprovechar bien”. Otra de las novedades que refuerzan el conocimiento y experiencia es el clima monzónico, que en ocasiones llega a ser “estresante” a causa de las tormentas, el calor húmedo y la baja visibilidad.
Como muestra de cooperación entre India y España, el JEMA, general Braco, se desplazó hasta Sulur en su primer viaje oficial para felicitar al contingente del periplo y tuvo la oportunidad de desarrollar un vuelo de familiarización en un Su-30 junto a un piloto de la Fuerza Aérea India.
Conclusiones y perspectivas de futuro
Tras la euforia es hora del buen trabajo realizado y los logros conseguidos es hora de bajar a tierra y extraer conclusiones de lo aprendido. El jefe del MACOM ha destacado la experiencia ganada en el Pacific Skies para el desarrollo del futuro FCAS. Si bien, también ha sido sincero y reconoce que
“el MACOM sufre la falta de personal, por lo que no es viable participar en un ejercicio como Pacific Skies cada año ni cada dos”. En cualquier caso, no se descarta volver a hacerlo con Alemania, “pero más adelante”.
Por parte del coronel jefe a cargo del mando logístico del Pacific Skies seha querido destacar dos importantes lecciones aprendidas:
“La importancia de tener una asistencia sanitaria de primera para afrontar periodos largos en zonas remotas”. Ello ha sido posible gracias al despliegue de las respectivas unidades ubicadas en las bases de Zaragoza y Torrejón.
“La labor logística de los equipos avanzados para preparar la llegada de los equipos de 120 personas en cada una de las escalas”
El jefe del MACOM destaca el adiestramiento tecnológico y formativo para todo el personal, muy especialmente para los pilotos. “Han estado volando tenientes al mismo tiempo que sus superiores (comandantes y coroneles) y va a ser clave para el futuro de la formación de futuros oficiales”.
Espresati remarca que “el área Indo pacífica es muy importante a nivel global, por los intereses a nivel económico, político y militar”. Por tanto, el ejercicio también ha servido para impulsar la acción exterior de España, especialmente en las antípodas. Como ejemplo, Alemania ha tenido mucha actividad política apoyando el ejercicio, con presencia de su ministro de defensa en alguna de las escalas. En lenguaje más solemne, el teniente general Espresati, concluye: “estamos preparados para actuar cuando y donde se nos requiera para actuar en defensa de España y sus compatriotas”.