Hasta 300 aeronaves de fabricación rusa
De acuerdo a informaciones transmitidas por Reuters, la principal aerolínea rusa busca cubrir su futuro mediante la inyección de fondos públicos por importe de hasta 185.200 millones de rublos (3.000 millones de dólares).
Las sanciones internacionales y las restricciones para operar con aeronaves de origen occidental han hecho que la aerolínea piense encargar hasta 300 aviones de United Aircraft Corporation (UAC), propiedad mayoritaria de Rostec, el conglomerado aeroespacial y de defensa estatal de Rusia. La medida estaría enfocada a cubrir la probable pérdida progresiva de su extensa flota de aviones occidentales, mayoritariamente propiedad de grandes lessors occidentales.
Un ejemplo de ello es la reciente paralización y embargo con pasajeros en su interior de un Airbus A330 propiedad de Selective Aviation (grupo GECAS), por parte de las autoridades de Sri Lanka, cuando cubría la ruta Moscú-Colombo.
El avión fue rematriculado recientemente con registro ruso, para eludir las sanciones y poder cubrir algunas de las escasas rutas internacionales que puede operar Aeroflot. La presión del gobierno ruso a las autoridades de Sri Lanka ha hecho que el A330 ya haya sido desbloqueado pero este incidente refleja perfectamente las grandes dificultades que experimenta Aeroflot para cumplir con su programa de vuelos.
De acuerdo con informaciones vertidas por dos medios rusos, Aeroflot también está considerando el avión de alcance medio Irkut MS-21, más conocido como MC-21, que puede transportar a más de 200 pasajeros y que tiene previsto entrar en servicio este año.
Aeroflot también estaría interesada en el Sukhoi Superjet 100, el principal avión de pasajeros actualmente manufacturado por Rusia. Su capacidad es limitada, para poco menos de 100 pasajeros. En el caso del Tupolev Tu-214, con capacidad para unas 200 personas, también se considera incorporarlo en su flota, aunque se haría un número menor de pedidos.
Caída en picado del volumen de tráfico
Con el número de pasajeros aún por debajo de un tercio en comparación con los niveles anteriores a la pandemia de Covid-19, la compañía se ha visto gravemente afectada desde entonces por las sanciones occidentales a causa de la invasión de Ucrania.
El cierre de la mayor parte del espacio aéreo internacional a los aviones rusos ha impactado de forma espectacular en las cifras de la compañía. Debido a ello, se ha interrumpido el pago de dividendos por las ganancias registradas en 2021 y aún no se han publicado los resultados del primer trimestre de este año.
Se desconocen los motivos de esta medida pero todo apunta una ocultación intencionada para no tener que revelar a la sociedad rusa el costo financiero que suponen las sanciones internacionales en la actividad de Aeroflot.
Incluyendo las cifras de Pobeda, su filial de bajo coste, Aeroflot transportó 2,2 millones de pasajeros en marzo de 2022, en comparación con los 2,8 millones de febrero. La mayor parte de estas cifras lo son en el mercado interno ruso, uno de los más vastos del planeta.
Con respecto a los periodos previos a la guerra y a la pandemia es menos de la mitad de los de los 4,6 millones que registró en marzo de 2019.