Durante una presentación a los medios, el Ejército del Aire y del Espacio ha mostrado los preparativos finales para la operación Pacific Skies
Base aérea de Torrejón de Ardoz (MADRID)
“Es el proyecto más ambicioso que haya podido tener la aviación española en toda su historia. Se trata de demostrar a la sociedad nuestra capacidad de proyección para el despliegue de medios a cualquier parte del mundo de forma rápida y eficaz”. Con estas palabras, comenzó su discurso el teniente general Francisco González-Espresati, jefe del Mando Aéreo de Combate (MACOM). Durante 56 días (13 dedicados a operaciones de traslado y 43 para realizar ejercicios con otras fuerzas aéreas), el Ejército del Aire y del Espacio, va a acometer una de las misiones más complejas de su historia.
“El reto más importante es el logístico”, destaca Espresati, en relación al material y personal que hay que movilizar para sustentar toda la operación. De hecho, hace unos días partió desde Alemania con destino Alaska un buque cargado con 20 contenedores con material de las tres fuerzas aéreas. Posteriormente continuará hasta Australia, donde está previsto que se lleve a cabo el único relevo del personal que va a participar. En el caso español, serán 240 efectivos en dos rotaciones compuestas de 120 profesionales cada una.
Objetivos generales y labores de mantenimiento compartido
En palabras del máximo responsable del MACOM, el objetivo de Pacific Skies es triple. A nivel estratégico, “por el interés geopolítico de conocer mejor el continente asiático y Oceanía. Es una nueva zona que no conocemos, pues los ejercicios internacionales suelen realizarse en Europa, EE.UU. y Oriente Medio”. A nivel industrial, “para representar e impulsar los intereses e independencia de la industria aeronáutica europea”. En efecto, todos los medios desplegados por las tres fuerzas aéreas participantes están íntegramente desarrollados y producidos en Europa. Finalmente, hay un interés militar por parte de las fuerzas aéreas de Alemania, España y Francia “para impulsar el programa FCAS (Future Combat Air System)”, el futuro avión de combate que reemplazará al Eurofighter.
Otro de los grandes objetivos de la misión es impulsar el concepto de “mantenimiento compartido”, práctica habitual impulsada por la propia OTAN. En este caso, se trata de que efectivos de las tres fuerzas aéreas puedan llevar a cabo labores logísticas y de mantenimiento en las flotas de aeronaves comunes. Es el caso de los Eurofighter españoles y alemanes. Y de los Airbus A400M y A330 de las tres fuerzas aéreas.
En palabras de los máximos responsables del Ejercito del Aire y del Espacio, el concepto se define como “ser capaces de que un ingeniero alemán trabaje en un avión español es un reto que se ha conseguido. Ello nos hace ser más eficientes al lograr reducir la huella de personal y material necesario para sustentar y dar apoyo a toda la misión”.
A preguntas de este medio, Espresati explicó que la iniciativa de participar en Pacific Skies partió de la fuerza aérea alemana, “cuya relación es muy buena y su propuesta hizo que no nos lo pensáramos mucho”. Aunque Pacific Skies está impulsada por tres países miembros de la OTAN, es conveniente recordar que es un ejercicio independiente, “impulsado por tres fuerzas aéreas europeas”. Aunque el esfuerzo a nivel presupuestario y de medios de una misión de este calibre es considerable, el jefe del MACOM no descartó que pueda repetirse más adelante.
La denominación como Agrupación Aérea Plus Ultra no es casual. Se trata de rememorar la histórica gesta que el hidroavión “Plus Ultra” realizó en 1926, volando de España hasta Argentina. Casi un siglo después, el Ejército del Aire y del Espacio recorrerá cerca de 60.000 kilómetros, realizando escalas en Canadá, Alaska, Japón, Australia, Malasia. Uno de los A400M del Ala 31 se encargará de realizar el primer vuelo por el Círculo Polar Ártico y aterrizar en Groenlandia. Además, desde Australia se volará a Nueva Zelanda, siendo la primera vez que un avión del Ejército del Aire y del Espacio opera tan lejos de España.
Despliegue de 44 aeronaves europeas
El despliegue comenzará el próximo 26 de junio en la base aérea de los Llanos (Albacete). Cuatro Eurofighter (dos del Ala 11 y otros dos del Ala 14) partirán rumbo a la base de Noverning, en Colonia (Alemania). Les acompañan dos A400M del Ala 31 (transporte y reabastecimiento en vuelo) y un Airbus A330 del 45 Grupo (transporte). Además, desplegará personal del Escuadrón y del Segundo Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA y SEADA). Allí se sumarán a los efectivos de la fuerza aérea alemana y se llevará cabo el primer vuelo con destino Alaska, con escala en Canadá.
La Luftwaffe, principal impulsora del ejercicio, es la que más aeronaves desplegará, un total 28. Veinte de ellos serán cazabombarderos (8 Eurofighter y 12 Tornado) y ocho dedicados al transporte logístico y reabastecimiento en vuelo (4 A400M y 4 A330 MRTT Multi Rol Tanker & Transport). Por su parte, l’Armée de l’Air et de l’Espace desplazará 9 aeronaves. Cuatro cazabombarderos Rafale, tres A400M y dos A330 MRTT.
Tres misiones diferentes, en tres continentes
Del 8 al 17 de julio se realizará en un entorno polar, el ejercicio “Artic Defender” en la base aérea de Eielson (Alaska). Es el único ejercicio de los tres en el que se empleará armamento real y participarán cazas F35 de la fuerza aérea estadounidense junto a los Eurofighter, Tornado y Rafale europeos.
Unos días más tarde, del 22 de julio al 4 de agosto, en la base aérea de Darwin (Australia) se llevará a cabo la misión “Pitch Black”. En este caso el área de operaciones será de tipo desértico y reunirá a fuerzas aéreas de 16 países asiáticos. El reto será trabajar conjuntamente con fuerzas aéreas con “equipamiento militar similar pero costumbres diferentes”.
Finalmente, entre el 7 y el 13 de agosto, la base aérea de Sulur (India), será el escenario ideal para volar en un entorno tropical, con el desafío del clima monzónico en las misiones. Además, será interesante la operación conjunta con aeronaves de fabricación rusa operadas por la fuerza aérea hindú.
La complejidad de los vuelos de traslado de un avión de combate
Aparte de la rueda de prensa ofrecida a todos los medios, AeroInforme tuvo la oportunidad de conversar con los coroneles Moriano y Zulueta, máximos responsables del Ala 11 (base aérea de Morón de la Frontera) y Ala 14 (base aérea de Los Llanos, Albacete), respectivamente. Ambos son pilotos de caza en el Eurofigher y también volaron previamente el F18. Atesoran gran experiencia no sólo en operaciones y maniobras de combate sino también en vuelos largos sobre el mar o zonas remotas, como es el caso de los que van a acometer durante la operación “Pacific Skies”
Moriano nos explica que los vuelos de traslado suelen comprender tramos de 4 horas de vuelo pero pueden durar hasta 8. En cada vuelo de traslado, cada avión puede llevar a cabo varios repostajes en vuelo. “Se vuela en formación durante todo el traslado. Ello quiere decir que todo el vuelo se hace en manual y en ocasiones, para descansar, abrimos un poco la formación, aprovechando los turnos de repostaje en vuelo”. Sobre la altitud de crucero a la que se llevan a cabo los vuelos, Zulueta nos explica que “los Eurofighter se ajustan al nivel que establezca el avión cisterna”, en este caso el A400M.
Toda la ruta está estudiada, con los correspondientes aeródromos alternativos que fuera necesario emplear en caso de emergencia. Ante una eventualidad, el avión afectado saldría de la formación y volaría en el nivel de vuelo más óptimo para afrontar la emergencia. Los tramos más complejos de Pacific Skies serán los traslados entre Alaska y Japón y desde esta última hasta Australia. No sólo por la duración de los vuelos sino también por la elección de los alternativos.